Un producto local para un mundo global.
Del caserío a su casa.
Una familia ligada a un caserío, una antigua raza autóctona, bosques centenarios, animales en equilibrio con la tierra, producto, sabor.
Tiempo y Honestidad. Alimento que alimenta.
Con el saber hacer de mis antepasados y la ilusión de mis hijos.
Especial agradecimiento a la Asociación Euskal Abereak, al Movimiento Internacional Slow Food, a una tropa de cocineros, algunos Slow y ante todo a un veterinario guindilla, amigo y sufridor en el camino, con él hemos sufrido momentos duros, muy duros y tantos más momentos nos está tocando gozar. Gracias de todo corazón.
Llevamos nuestra defensa de la biodiversidad a la práctica. Por eso pastan en nuestras praderas, además de nuestros cerdos, nuestras ovejas y vacas, y para terrenos más escarpados están nuestras cabras.
Una marca comercial ha de ser limpia, corta y concisa, sin lugar a equívocos.
Esta marca, no es ni corta, ni concisa, ni limpia — la conocerá por sus hechos, “sabor”.
Leer más: Urdapilleta - La historia de un apellidoTres eran las razas porcinas autóctonas del País Vasco hasta 1974 aproximadamente, fecha en la que se conocen los últimos ejemplares del cerdo del Baztán y del Chato Vitoriano. Con estas dos extinguidas, la única que queda es el Euskal Txerria.
Leer más: Euskal Txerri - Historia de una razaEl “Euskal Txerria” se caracteriza por sus grandes orejas caídas sobre los ojos hasta caer sobre su morro. Las orejas las lleva arrastrando mientras hoza buscando castañas, avellanos, frutos de haya, o sencillamente a la hora de comer la fresca hierba que crece en su extenso territorio. Sus grandes orejas caídas le marcan su carácter apacible y tranquilo.
Nuestro Caserío Elola tiene 54 hectáreas. Hermosas y verdes praderas sembradas de raigrass, trébol blanco y morado, hierbas de montaña y alfalfa, raíces de ortiga y rúmex y los frutos de nuestras centenarias frondosas autóctonas, componen en su mayor parte la alimentación de nuestros felices cerdos.